Una de las formas de restaurar tus piezas es el Kintsukuroi o reparación en oro, una estrategia maravillosa mediante la cual, crear un nuevo objeto, más hermoso, fuerte y reflejo de una dimensión psicológica que todos conocemos: la resiliencia. La posibilidad de aplicar el Kintsukuroi como una forma de superar heridas emocionales, dándole valor a la experiencia como un momento de fortaleza y superación personal.
Los japoneses llevan mucho tiempo practicando este arte que, más que una técnica para salvar la cerámica, es toda una filosofía de la cual, aprender.
Para crear ese nuevo objeto más fuerte y hermoso, utilizan polvo de oro mezclado con un material resistente para unir y rellenar las grietas del objeto dañado. De esta forma, en lugar de ocultar la grieta, la embellecen y acentúan.
Cómo llevar a cabo el kintsukuroi con nuestra cerámica rota
Qué necesito
- La pieza rota de cerámica
- Masilla para cerámica
- Polvo de oro sintético (también podes usar purpurina dorada)
- Un punzón
- Una espátula
Cómo lo hago
Empezaremos mezclando la masilla para cerámica con el polvo de oro sintético. Puedes hacerlo sobre una lámina de cartón, o sobre un cuenco específico.
- La cantidad dependerá siempre de las piezas que debamos reparar y unir.
- Con ayuda de un palillo o la espátula, aplicamos esta combinación en los bordes de las piezas rotas. A continuación, júntalas y presiona durante unos instantes.
- Al momento, verás cómo la línea en oro ribetea esa cicatriz, esa herida que ahora conforma un objeto mucho más bello a la vez que único.
- Por último, solo tendrás que dejarlo secar unas horas y lo tendrás listo.
La belleza está en la historia que cuenta el objeto, no en el objeto en sí.
La cerámica rota que ha sido reparada mediante el kitsukuroi tiene más fuerza, y las tazas y platos ya no se rompen con tanta facilidad.
Asimismo, las personas que son sabias en resiliencia y que también han sellado sus heridas en oro, ya no son tan débiles como antes. Es algo que, sin duda, todos aprendemos con el tiempo.